domingo, 12 de abril de 2015

Las aventuras

1. A Ana le dan el alta mañana. Todo bien. Suspiros...

2. Ayer fui a Madrid con mi amiga A. Queríamos ir a la Biblioteca Nacional a ver una exposición. Aparcamos en la plaza de las Salesas. ¡No me importaría vivir allí! Cruzamos una calle en obras, un parque con niños... y no se podía salir de él porque había obras y vallas por todos los lados. Mi amiga dijo: "Retiramos esa valla y salimos por allí". Y yo, detrás de ella.

Intentando cruzar una plaza en obras, dos pasos más adelante, salen de una caseta de obras dos policías nacionales:

PN: "¿Dónde váis?" (Como parecemos quinceañeras, nos trataron de tú).
Amigas: Al unísono: "A esa calle".
Yo: "Es que estamos dando vueltas y no podemos salir de aquí"
PN: "Os habéis saltado una valla"
Amiga: "No, no, la hemos retirado..."

Yo ya me estaba yendo de allí por el mismo caminito y mi amiga seguía intentando que nos arrestaran. Tardamos en dar la vuelta un ratito, esquivar unos setos, no pisar una caca de perro... y evitar que los PN nos vieran reírnos porque íbamos haciendo chiste sobre cómo contarlo.

La tontería nos ha durado dos días.

3. Hoy he ido a dar "un paseíto" con mi hermana después de comer. A lo tonto, a lo tonto... hemos acabado yendo "por el camino de los almendros" hasta un pueblo a 5 kilómetros. Hemos hecho fotos, se las hemos enviado a Ana, hemos hablado con la enfermera que iba a curar a mi tía... y nos hemos vuelto porque unas nubes muy negras se cernían sobre nuestras cabezas.

Cuando llevábamos un buen rato de bajada me dice mi hermana: "Has calculado mal, se tarda más de  media hora en llegar y el castillo se nos está quedando muy a la derecha". (Horror y risas al mismo tiempo. Yo me he tropezado con una piedra y he bajado mirando al suelo).

Efectivamente, nos habíamos equivocado de camino y andado, más o menos, cuatro kilómetros... que hemos tenido que desandar cuesta arriba y con el viento en contra. Hemos llegado al cruce de caminos que hemos cogido mal y cuesta abajo otros cuatro kilómetros, en los que el viento nos empujaba de culo pero... ¡llovía y nos hemos calado!

Por supuesto, yo iba con vaqueros, camiseta de manga corta, chaqueta de algodón que recoge muy bien la lluvia y zapatillas de verano sin suela. Nuevas... Mi hermana iba con chándal, botas de andar y cazadora...

Ahora tengo 16 kilómetros en las piernas, los dedos gordos de los pies encogidos, unas buenas ampollas en ambos pies y otra en el tobillo... Ah! Y fotos bonitas y unos vídeos que demuestran que soy una deportista de pro.

Mi hermana me ha dicho: "Lo raro es que no te has quejado". ¡Si ya no sentía los pies! Si, aunque llovía, yo tenía calor por todo el cuerpo... Mañana tengo danza con dos clases. Seguramente me levantaré como Robocop... Creo que cambiaré la programación.

8 comentarios:

  1. Estas hecha una aventurera intrépida.... Pero mejo si te compras unas botas buenas!
    Recuerdo la plaza de las Salesas... Acabe en ella la primera vez que intente llegar a chueca... (estaba muy pérdida)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tuki: ¡Si tengo botas! Pero íbamos a dar un paseíto...

      Eliminar
  2. Pues qué de cosas..!
    Acabarás cansadísima pero llenísima... De vivencias, digo...

    Un saludo!

    ResponderEliminar
  3. Hola, ya en casa, con ganas de recuperarme pronto e ir con mi mujer de paseo romántico!!! Os quiero...ojos verdes!!

    ResponderEliminar
  4. madre mía, yo me tumbaba en el sofá y ya no me levantaba!

    ResponderEliminar

Tu versión